Desde que Inés tuvo un papiloma el año pasado intentamos tener mucho cuidado en la piscina para que no se repita. El otro días Inés y su padre estaban jugando con las muñecas. Les estaban poniendo los vestidos, y entonces papá dice:
P- ¡Anda! Pero si también llevan zapatos.
I- ¡Claro! Si no tendrían los pies llenos de papilomas.
Inés, 4 años
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