Un día fuimos a hacer la compra con mi hermano, Tito, e Inés mientras pagábamos se puso a llamarle, cuando había dicho Tito unas 200 veces le dijimos: "¿Por qué no le llamas otra cosa, como cuñaaaaoooo?" Cagada, sólo hubo que decirlo una vez y no paró de repetirlo. Cada vez que oye a alguien decir "cuñado" salta "Cuñaaaaooo". Uf.
El otro día cenando estaba comiéndose el pescado con la mano y muchos trozos a la vez, así que le dije: "No te comas el pescado a puñados" La respuesta fue "Puñaaaaaaoooooo".
(Inés, 22 meses)
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